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Las empresas familiares españolas deberán invertir 140.000 millones hasta 2030 para ser sostenibles

  • Solo un 36% de las firmas con sede en España aseguran haber puesto en marcha iniciativas para combatir el cambio climático

Las temperaturas extremas y los eventos climáticos cada vez más intensos son una realidad innegable, y España se encuentra entre las economías más expuestas al cambio climático en la Unión Europea. La transición hacia un modelo sostenible depende en gran medida de las empresas familiares, que representan el 89% del tejido empresarial del país y contribuyen con el 57,1% al PIB del sector privado. Sin embargo, esta transformación no será económica. Se estima que el costo para que estas empresas aborden la sostenibilidad alcanzará los 140.000 millones de euros para el año 2030, según Valora. A pesar de enfrentar los impactos del cambio climático en sus operaciones y finanzas, solo un 36% de estas empresas ha tomado medidas concretas para enfrentarlo.

GOBIERNO CORPORATIVO
Las empresas piden simplificar la aplicación de los criterios de sostenibilidad

Las conclusiones provienen del informe titulado ‘Empresa familiar y financiación sostenible: es hora de aumentar la marcha’, elaborado por los investigadores Daniel Domínguez, Fernando Liz y Renata Fernández. Estas conclusiones resaltan la falta de preparación de las empresas españolas ante el cambio climático. Los autores señalan que estas empresas se encuentran entre las menos comprometidas en la adopción de medidas para mitigar las amenazas identificadas, ocupando un lugar solo por delante de las empresas irlandesas y húngaras dentro de la UE. Sin embargo, estas conclusiones contrastan con la percepción generalizada dentro del tejido empresarial, donde cerca del 80% considera que el cambio climático representa un riesgo físico para sus negocios, por encima de la media europea y de países como Lituania o Dinamarca, donde este porcentaje se sitúa en el 50%.

La falta de preparación también se refleja en el ámbito financiero. Según los exámenes de resiliencia al riesgo climático realizados por el Banco Central Europeo (BCE) en 2022, se evidenció que el 60% de los bancos comerciales de la Unión Monetaria aún no cuentan con un marco de pruebas de resistencia específico para el riesgo climático. De estos, solo el 20% lo considera como una variable relevante en la concesión de préstamos. Aunque la mayoría de las entidades financieras planea incorporar el riesgo climático físico y/o de transición en su marco de pruebas a medio plazo.

Inversión en ESG

Si según los datos recopilados por el Banco Europeo de Inversiones las empresas españolas se encuentran entre las que menos invierten para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, ¿qué es lo que falla? Según el informe de Valora, se debe a «la falta de recursos y de incentivos, así como la falta de demanda de los clientes«. Otro factor es la dificultad de acceso a las tecnologías necesarias para acometer la transformación sostenible. Y no es lo mismo la capacidad de una empresa pequeña para amoldarse a estas dificultades que la de una firma de gran tamaño. Aun así, los autores del informe ponen el foco en la inversión: la mayor parte se destinan a proteger la actividad de la empresa frente al cambio climático, no ha adaptarse a sus efectos.


Uno de los principales enfoques de las inversiones destinadas a promover la sostenibilidad empresarial se centra en el ámbito energético. Las empresas españolas se sitúan en la parte superior de la lista de países europeos que destinan una mayor proporción de sus inversiones a mejorar la eficiencia energética, alcanzando un 15%. Según el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) de 2023, se estima que las empresas nacionales deberán invertir alrededor de 250.000 millones de euros hasta 2030, principalmente en energías renovables y eficiencia energética.

Sin embargo, una vez que se abordan las medidas de ahorro energético, surgen diferencias con respecto a otras áreas temáticas. A pesar de que las estimaciones de Gartner sugieren que se emitirán más de 3 billones de dólares a nivel global (un 30% del total) en bonos relacionados con iniciativas ESG, el 26% de las empresas encuestadas por la CEOE admite desconocer cuál será la inversión exacta en estos temas. Además, el 34% afirma que estas inversiones no superarán el 1% de su facturación, y el 8% indica que no tienen planeada ninguna inversión en aspectos de ESG o sostenibilidad para este año. Según la encuesta realizada por Valora, un 90% de las empresas familiares españolas reconocen la necesidad de aumentar sus inversiones en ESG durante la próxima década, mientras que los bancos también están comenzando a incorporar estos factores en sus modelos de riesgo crediticio.

Los mayores flujos de inversión y la consolidación de la sostenibilidad como un factor estratégico para impulsar la rentabilidad de las compañías hace esperar que habrá grandes tendencias en este ámbito. En concreto, los autores del informe apuntan a un desarrollo incremental de productos alineados con criterios ESG, y en el ámbito financiero, el florecimiento de productos con criterios sociales, con circularidad y capital natural. Además, será más necesario que nunca seguir los resultados de sus inversiones, de ahí que Valora espere un auge de la inteligencia de datos ESG, como el ‘reporting’ o la creación de valor, así como la integración de métricas financieras y no financieras para una gestión conjunta. Por último, aparecerá una mayor estructuración de consorcios y clústeres alrededor de tecnologías ESG poco maduras que ayudarán a reducir el riesgo comercial para los inversores.

Fuente: epe.es / CAMBIO CLIMÁTICO

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